Por: Cecilia Yáñez

1. Adaptación

El primer aspecto que debemos tener presente, dice Rodríguez, es que estamos en un tiempo de adaptación al cambio por lo que hay que ser tolerantes y flexibles con nosotros mismos y no exigirnos demasiado. “Durante un tiempo, no podremos hacer lo mismo en muchos aspectos y de a poco tenemos que volver a la rutina que teníamos, pero con tiempo”, señala.
Sentir ansiedad, rabia, miedo, desamparo son una reacción vivencial natural al contexto que estamos viviendo. Pueden ser incluso, reacciones adaptativas. La ansiedad es la respuesta psicológica a la emoción del miedo y el miedo está asociado a la pérdidad de control e incertidumbre”, dice Luz María González.

2. No a las pantallas

Para ambas especialistas, la primera medida tiene que ver con “poner un filtro” y evitar las pantallas, recomendación que es válida tanto para adultos como para niños. Los niños no deben estar expuestos a los medios de comunicación. Los adolescentes, deben evitar las redes sociales porque no siempre pueden manejar bien la información que allí aparece. Lo primero sería entonces, apagar la televisión de las noticias”, dice Navarro.Si quiere mantenerse informado, busque otras formas de información, señala González: radio, diarios también son alternativa pero a todas ellas hay que poner freno, porque no podemos estar todo el día informándonos de una sola materia.

3. Higiene de sueño

Además de apagar las pantallas, es necesario comenzar a bajar la intensidad de la luz y “prepararse para iniciar el sueño”, todo esto, ojalá una hora antes de acostarse, dice Rodríguez.

4. Intentar mantener la rutina

Las tres especialistas coinciden en que “dentro de lo posible” es bueno seguir con los horarios y rutinas habituales. Si
van al colegio o al jardín infantil, continuar con las mismas obligaciones, horarios de estudio, de juego. En lo posible acostarse a la misma hora, aunque no tenga clases al otro día, estudiar en casa, hacer repaso de las materias, para el caso de los menores.

5. Pensar en el ahora

Darse un rato de paz, de conversar con la familia, de preguntar qué están sintiendo los otros, contar lo que siente cada individuo, también ayuda a reducir la ansiedad. “Pensar en el día a día, no programarse para lo que ocurrirá después, también es una manera de calmarse. Tenemos que aprender a tolerar cierta incertidumbre. Los pensamientos negativos sobre el futuro hay que evitarlos y en esas circunstancias es mejor tratar de ver lo positivo del día a día. Estamos acostumbrados a tener el control, entonces navegar en la incertidumbre es más complejo”, dice la psicóloga de la U. de los Andes.

6. Colaciones saludables

Un primer síntoma que demuestra lo ansiosos que podemos estar son las ganas de comer. En esos casos, cuando cuesta mucho evitar comer, la recomendación es salir de casa preparado con colaciones que sean más sanas, frutas, verduras que puedan comerse en esos momentos de ansiedad.

7. Deportes y hobbies

Si le gustaba pintar, tejer o salir a caminar y por tiempo no lo hacía, hoy es el momento de hacer todos los esfuerzos y retomar aquella actividad que le proporciona relajo y placer.“Si le da tranquilidad el deporte, conversar, leer, cocinar, es importante hacerlo. Hacer cosas que importen, que sientan que valen la pena. A algunos le puede ayudar salir a limpiar las calles y si eso ayuda a reducir la ansiedad, bienvenido”, dice la especialista de la U. de los Andes.

8. Juegue con los niños

Según Navarro, a los niños más chicos hay que guiarlos en los juegos, jugar con ellos, usar juegos de salón en familia. “Una actividad puede ser ver una película, prepararse para esa película con alguna comida, que no sea solo poner la televisión”.A los más chicos de la casa, hojas y lápices de muchos colores pueden ayudarle a expresar lo que sienten y que muchas veces por la falta de lenguaje, no alcanzan a expresar, dice la psicóloga de Vidaintegra. “Hay que poner atención a lo que dibuja y lo que expresa en el papel. Si un niño está traumatizado o estresado podría dibujar con muchos colores rojos, juegos con cuchillos, armas y piedras. Si eso ocurre, se pueden preguntar qué dibujó y con eso ir ayudándoles a expresar lo que sienten”, dice Navarro.Bailar con ellos, también es una muy buena opción.

9. Validar el miedo

Las imágenes de televisión, el ruido del helicóptero y las cacerolas en la noche puede asustar a los niños. Si ese es el caso, debemos validar ese miedo y acogerlo”, dice González. “Si quieren volver a dormir con los papás hay que dejarlos, regalonearlos más. Darles más cariño, pasar más tiempo con ellos”, agrega.Según Navarro, mentirles y decirles que no pasa nada, no es recomendable. Lo ideal, es explicarles con términos sencillos y un poco más complejo si son más grandes, pero no negar lo que ocurre. Los niños pueden tener temores sobre todo nocturnos. Decirles, que todas las personas pueden tener pesadillas y sueños feos, pero que son parte de “un sueño y no de la realidad”, es una manera de calmarlos, dice la psicóloga infanto juvenil.

10. Tiempo con los amigos y la familia

Cuando suspendemos actividades, no sabemos qué pasará mañana, se produce incertidumbre, miedo. “Hablar con personas en las que confiamos, tratar de pasar tiempo con los amigos o seres queridos con quienes nos sentimos seguros, es importante.Pasar tiempo en casa o en casa de los papás que pueden ser un lugar en el que nos sentimos seguros. En el fondo, “es estar cera de la gente que queremos”, dice la psicóloga de Clínica Las Condes.“Visitar la casa de los abuelos, la casa de un amigo que viva cerca, invitar a un amigo a la casa, también ayuda a reducir la ansiedad y es entretenido para los más chicos”, explica Navarro.

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